El desarrollo progresivo de los asentamientos informales venezolanos se debe en gran medida a las estructuras organizativas que surgieron de manera orgánica como parte fundamental del tejido social del barrio. Al estudiar el origen y desarrollo de asentamientos como Ojo de Agua en Baruta, es evidente que toda la estructura geográfica y arquitectónica se hizo en base a la relación y cercanía entre los vecinos. Esto genero un desarrollo progresivo de vías públicas, el tendido eléctrico, y hasta acueductos.
La socióloga Mirla Perez, del Centro de Investigaciones Populares de Caracas, sostiene que se hizo comunidad a partir de la figura de la junta de vecinos. Está, era una estructura netamente popular que surgió de manera orgánica en el barrio, donde no habían estructuras de poder, ni reglas. La junta de vecinos era simplemente la unión de vecinos basada en el afecto, para el desarrollo de obras para el bien común basado en las normas de convivencia y en la confianza entre sus miembros. Naturalmente de estas relaciones surgían lideres y a partir de ese liderazgo espontaneo se organizaban las comunidades. Este sistema funcionaba como elemento descentralizador al permitirle a las comunidades desarrollarse sin autorización de un estado central.

Sin embargo, el mayor daño a los asentamientos informales de Venezuela fue la destrucción de este delicado tejido social. La junta de vecinos sufrió una mutación en el año 89 con la “formalización” de la junta de vecinos bautizándola ahora como la “Asociación de vecinos.” Esta representaba una estructura contraria a la existente ya que desnaturalizaba la base espontanea de la junta de condominio al establecer figuras de autoridad, normas de funcionamiento y deberes a cada uno de sus miembros. Aun así esta estructura seguía sosteniendo el principio de descentralización que buscaba permitir a las comunidades desarrollarse de manera independiente al ser reconocidas como un cuerpo municipal.
Con la llegada del chavismo, y la creación del consejo comunal se destruye por completo la red de actores y líderes. La figura de consejo comunal no buscaba más que recentralizar el poder, impidiendo el accionar independiente de las comunidades debido a su directa dependencia a el ministerio de la comuna.

Este accionar, le quito su capacidad de acción a los verdaderos líderes comunitarios creando un cuerpo extraño dentro de la comunidad, que además no es reconocido por sus habitantes, y que hoy en día se limita a la repartición de cuotas de alimentación y la entrega de “beneficios.”La investigación desarrollada por el “Centro de Investigaciones Populares” en el barrio Ojo de Agua, en Baruta evidenció como estas comunidades hablan de nosotros como comunidad y de ellos como consejo comunal. Esto solo dificulta el trabajo en comunidades, al hacer aun más complicado la identificación de agentes de cambio que puedan ser garantes de cualquier tipo de proyecto comunitario. He allí la importancia de la reestructuración del tejido social a través del empoderamiento de comunidades moviéndose hacia la descentralización de poder que nació orgánicamente en los callejones del barrio venezolano.
Esta es la labor de organizaciones como “Trazando Espacios”, “Mi Convive” o “Embajadores Comunitarios” que buscan devolverle ese poder transformador a las comunidades. En el caso de “Trazando Espacios” la organización donde me desempeño como Coordinadora de Proyectos, esto se logra a través de talleres educativos para niños y jóvenes con la finalidad de transformar un espacio público mediante un proceso de diseño participativo. Los talleres buscan mostrar a los niños como agentes de cambio ante sus comunidades al brindarles las herramientas para identificar problemáticas en su entorno, diseñar el cambio y llevarlo a cabo.

Aunque la mayoría de estas organizaciones se enfoquen en la formación de niños y jóvenes, es precisamente allí donde es más necesario. Estos representan a los futuros líderes que deberán ser los protagonistas del cambio en Venezuela, derribando estas estructuras organizativas rígidas y burocráticas.