[ Se estima que para el año 2030, Latinoamérica será 80 por ciento urbana; las megalópolis como Buenos Aires, Sao Paulo, o Ciudad de México, concentran sólo el 14 por ciento de la población, mientras que más de la mitad de la colectividad urbana vive en 55 ciudades secundarias con un número de habitantes que va de 1 a 5 millones. Muchos investigadores consideran que en los próximos años, ciudades como Monterrey, Belo Horizonte o Rosario, serán las más importantes de América Latina ya que representarán una muestra de la vida urbana, constituyendo el punto de partida para propuestas de intervención y desarrollo.
De acuerdo con el informe de 2011, presentado por el Programa de Asentamientos de las Naciones Unidas (ONU-HABITAT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las ciudades del surcontinente son las más inequitativas del mundo; en la actualidad, 111 millones de personas habitan en asentamientos “periféricos” (barrios populares, favelas, villas miseria, slums).
Si se pensara en un elemento común entre megaciudades y ciudades secundarias que permitiera realizar estudios comparativos y generar proyectos urbano-arquitectónicos válidos para toda la parte sur del continente, yo propondría los asentamientos del tejido periférico ¿Por qué? Me explico: todas las favelas (luego habría que ponernos de acuerdo con el nombre), se generan en la periferia de las ciudades, y por un tiempo son, geográficamente hablando, frontera de las mismas. Lo anterior se puede confirmar si buscamos la palabra “periferia” en el diccionario, ahí se le define como: la línea que forma la frontera de algo; circunferencia o círculo que cierra figuras curvilíneas; perímetro; frontera, borde.
Desde la ciudad-estado, la organización territorial de las metrópolis está planeada concéntricamente, priorizando la ciudadela, lugar del poder político, económico, militar y religioso; en las primeras manifestaciones de la ciudad-estado el centro cívico estaba rodeado por anillos, los cuales albergaban jerárquicamente a la población, las áreas menos favorecidas se encontraban en la periferia; hasta el siglo XIX, la mayoría de los habitantes de la ciudad vivía fuera de ella.
Siguiendo la propuesta de Edward Soja y Jane Jacobs, de colocar las ciudades en el primer peldaño del esquema de la evolución humana, se podría sugerir que el proceso de desarrollo social ha sido: proto-urbano / rural-urbano / urbano. A medida que las ciudades fueron creciendo, otras periferias se establecieron; las fronteras son transferidas constantemente. En el siglo XXI la periferia se localiza tanto en el centro de las ciudades como en sus márgenes. Como ejemplos están la colonia Independencia en Monterrey (ciudad secundaria), México; y Villa 31, en Buenos Aires (megaciudad), Argentina.
Si bien es cierto que las periferias van quedando en el área central de las ciudades, las dinámicas de la vida cotidiana siguen siendo de frontera. La frontera es una herida abierta donde habitan los excluidos, un espacio entre dos lugares, geografía de lo híbrido, un área contenedora de fuerzas opuestas, donde la estrategia de sobrevivencia es la transferencia de los propios límites.
En algunos de sus discursos (My Father’s Suitcase / In Kars and Frankfurt) Orhan Pamuk, habla de estar en el margen, de identidad, de territorios y de fronteras. A la pregunta común ¿Por qué escribe? Pamuk responde sin titubear: “… Escribo porque estoy enojado con todos ustedes, enojado con todo el mundo… Escribo porque quiero que los demás, que todos nosotros, el mundo entero, sepa qué tipo de vida hemos vivido y seguimos viviendo en Estambul, en Turquía… “. Señala que las personas que están “afuera”, las que habitan la periferia, tienen que ser capaces de encontrar un mundo más allá del sentimiento de estar excluidos.
En cuanto a la discusión entre Oriente y Occidente, y a las relaciones entre Turquía y Europa, Pamuk señala que el tema de la vergüenza está siempre presente, y añade que sus novelas están hechas a partir de esa vergüenza silenciosa: “Aquí estamos, llamando a la puerta [de la unión europea], y pidiendo entrar, llenos de grandes esperanzas y buenas intenciones, pero también sintiéndonos ansiosos y temerosos por el rechazo… “. Lo interesante es que para Orhan Pamuk, al compartir las “vergüenzas secretas”, nosotros, la gente de todo el mundo que habita las fronteras y que estamos esperando que la puerta se abra, podemos, de cierta forma, liberarnos.
Este paréntesis es acerca de Latinoamérica como periferia, y de la propuesta para estudiar las favelas como fronteras, una invitación para pensar el futuro urbano desde el borde ].
Referencias:
Anzaldúa, Gloria (1987), Borderlands/La Forntera, Aunt Lute Press, San Francisco
Maldonado, Diana (2014), Delocalize the Concept of Border: From Territories to Virtual Places. (The South Side of the US-Mexican Border). UANL / UC Berkeley. (research in progress).
Soja, Edward W. (2000), Postmetropolis: Critical Studies of Cities and Regions, Malden, MA, Blackwell.
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